Cada día estamos más concienciados de la importancia que tiene cuidar nuestra piel, protegerla de las inclemencias del tiempo y responder a los excesos a la que la sometemos, sobre todo ahora en verano por la exposición prolongada al sol. Sabemos también que, junto a los riñones, el hígado, los intestinos y los pulmones, la piel forma parte de las vías utilizadas por el cuerpo para la eliminación de las toxinas, por lo que es indispensable que funcione en las mejores condiciones. Ya estamos viendo cómo las grandes marcas cosméticas están incorporando extractos de algas a sus fórmulas, con éxitos de ventas. Y es que es indudable la sinergia existente entre la cosmética y el mundo marino.
¿PARA QUÉ SE PUEDEN UTILIZAR LAS ALGAS EN COSMÉTICA?
La incorporación de las algas al mundo de la cosmética tiene como objetivo ayudar a la piel a reencontrar el equilibrio natural gracias a elementos activos ionizantes. Hoy en día, podemos encontrar diversos tipos de algas en numerosos productos cosméticos: leches limpiadoras, tónicos, cremas hidratantes para la cara y el cuerpo, desodorantes, cremas para las manos, pastas dentífricas, champús, jabón para la piel y la higiene íntima, cremas para masaje, sales de baño, preparados anti-estrías y anti-cicatrices, productos para combatir la celulitis, la flacidez, cremas para la pesadez de las piernas, y muchos más. Y es que, si nos centramos exclusivamente en el mundo del cuidado personal y la belleza, las propiedades de las algas marinas son muchas y efectivas, tal y como confirman distintos estudios científicos.
Entre las principales, cabe señalar:
- Elevado poder hidratante, pues contienen una gran cantidad de agua, además de otras sustancias, que hace que sean perfectas para usarlas en cosmética.
- Muy efectivas en los tratamientos contra el acné. El acné se suele formar en nuestra piel debido a la acumulación de toxinas, y las algas ayudan a regular el equilibrio de la piel y a eliminar la acumulación de estas toxinas.
- Efecto anti-envejecimiento y anti edad, gracias a su poder antioxidante y a las vitaminas que poseen. Así, protegen contra los radicales libres, que son los principales responsables de que la piel envejezca.
- Poderoso efecto anticelulítico, porque tienen un efecto estimulante en la circulación de la sangre, lo que ayuda a la eliminación de la grasa en zonas del cuerpo localizadas y a que la celulitis o piel de naranja disminuya de forma visible.
- Ayudan a bajar de peso. Gracias a que estimulan la circulación, ayudan a eliminar la grasa corporal y a regular el metabolismo, lo que las hace ideales en tratamientos de adelgazamiento y para combatir la obesidad.
- Destacado efecto anti-estrés, y como el estrés es uno de los aspectos que más envejece la piel, cada vez son más utilizadas en todo tipo de productos cosméticos.
- Ayudan a eliminar las arrugas. Dado que tienen una acción desintoxicante y depurativa, ayudan a retrasar la aparición de las arrugas y a renovar las células de la piel.
- Combate las líneas de expresión. Sabemos que, junto con las arrugas, las líneas de expresión en el rostro hacen que nuestra piel parezca más vieja. Su acción depurativa ayuda a contribuir a que las líneas de expresión sean menos visibles y a que vayan disminuyendo.
- Reafirmantes de la piel, porque gracias a la alta cantidad de minerales que las componen, consiguen que la piel esté más firme, recupere su elasticidad natural, disminuyendo al mismo tiempo la flacidez.
- Importante efecto nutritivo para la piel. Algunos de sus elementos, como los lípidos, los oligoelementos y los minerales, producen en la piel una nutrición intensa y un aspecto más saludable, por eso son tan utilizadas en las cremas nutritivas.
Porque las algas poseen nutrientes y sustancias como vitaminas A, B, C, E, y K, minerales como calcio y hierro, además de proteínas, que son de gran ayuda para la salud y belleza de la piel, además de otras propiedades importantes (que van desde acciones antioxidantes hasta funciones antivirales), gracias a su aplicación cosmética el organismo puede obtenerlos a través de la epidermis y beneficiarse de todo ello. Y es que las algas marinas absorben los iones con tal poder, que un kilo de algas contiene la misma cantidad de principios activos que 10.000 litros de agua de mar. Esta riqueza marina acumulada permite tratar eficazmente los procesos de envejecimiento cutáneo y resolver los trastornos circulatorios, celulíticos, reumáticos y de obesidad. Pero todavía hay más: poseen una molécula marina muy singular, la SPD.
La superficodismutasa (o SPD) es una molécula estabilizada, de muy bajo peso molecular, dotada de propiedades anti-radicales libres, obtenida de algas que viven a unos 20 metros de profundidad. Estas algas, sometidas a importantes variaciones de su entorno a causa de las mareas y el oleaje (que alteran el grosor de la capa líquida protectora de la luz), han tenido que desarrollar un sistema de defensa de alta capacidad que, aplicada en cosmética, combate eficazmente el efecto destructor de los radicales libres, evitando la degradación de los fibroblastos, del ADN y de las fibras de colágeno. Así, detiene la deformación y pérdida de fluidos de las membranas de las células, impidiendo que el tejido cutáneo se esclerose, se seque y se llene de las consecuentes arrugas.
En conclusión, las algas son una prodigiosa mezcla de oligoelementos, aminoácidos, minerales y vitaminas curativas para el cuerpo humano, que se muestran muy eficaces contra el envejecimiento y que tienen propiedades antiinflamatorias y nutritivas, hasta el punto de que un tratamiento intensivo con algas marinas nos puede reequilibrar los niveles naturales de hidratación de la piel. No es de extrañar, entonces, que las algas marinas se hayan convertido en la última tendencia dentro del campo de la estética facial y en tratamientos anticelulíticos y adelgazantes, con estupendos resultados.